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Mateo Liksenberg – María Liksenberg

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Mis orígenes

Mis padres nacieron en dos pueblitos distintos, muy pequeños. Eran dos aldeas: mamá en Skalmierz  y papá en Nowy Korczyn, en Polonia en el año 1905 (ella el 17 de abril, y él el 19 de setiembre). Ambas eran familias muy trabajadoras pero humildes. El padre de mamá era hojalatero y el de papá cuidaba el Templo y vivían en él, en una habitación chica. No había baños en sus casas entonces iban a los baños públicos que quedaban a varias cuadras de sus casas y allí se enteraban de los chismes y novedades del pueblo e incluso era el lugar en donde más de uno se ponían de novios. No pudieron ir a la escuela primaria, pero si aprendieron algo en una escuela judía no oficial. Ambos eran de familias numerosas, cada uno tuvo 13 hermanos;  mamá quedo huérfana  de madre y su padre se casó nuevamente, papá  fue hijo de la segunda mujer de mi abuelo que había quedado viudo. Mi padre cuando joven, trabajó como zapatero remendón (arreglaba  calzados).
Los polacos en general eran muy antisemitas (esto está debidamente documentado) en casa de mis abuelos habían roperos con doble fondo para esconder allí a las mujeres y a los niños  cuando se perseguía a los judíos. En Polonia en esa época el servicio militar era obligatorio por varios años.
Estas aldeas al estar cerca de la frontera Este en determinados momentos según las guerras, pertenecían a Polonia o a Rusia. Mis padres se casaron y tuvieron una hija (Lola) y decidieron irse de allí, pensaron en Argentina y en Córdoba porque allí vivían dos hermanas de mamá (tías Ana y Broña).
En 1927 deciden partir. Papá llega a la Argentina con tan solo 21 años de edad, sin dinero, sin profesión y sin idioma a un mundo totalmente desconocido teniendo solamente las ganas de luchar y hacerse un porvenir para él y su familia. El viaje fue de un mes aproximadamente en el buque “Flandria” y llegó el 09/09/1927 a Buenos Aires y lo enviaron al Hotel de Inmigrantes.
Antes de viajar desde Polonia, mi padre hizo que mi madre y su hija fueran a vivir a casa de sus padres porque mamá no se llevaba muy bien con su madrastra. Allí se lavaba la ropa en el río, aún con las grandes heladas. Una vez al mes el padre de mamá iba a visitarla caminando de a un pueblo a otro y le llevaba cosas que podría necesitar  y abonaba en el puesto de ramos generales lo que podría consumir allí su hija cuando volvía del baño público.
Cuando papá llegó a Córdoba vivió en un conventillo con paisanos suyos, casi en la esquina actual de Rivera Indarte y Tablada y comenzó a trabajar como pintor de obras; después de mucho trabajo y ahorrar privándose de muchas cosas hizo el depósito y los papeles para traer a mamá y a mi  hermana mayor, quienes lo hicieron en buque en el “Alcántara”, que llegó el 22/07/1930, mi mamá con 25 años.
Como para venir a América se lo hacía en barco, se debía ir primero a la zona portuaria desde cada pueblo y era común que como sabían que  viajaban y se suponía que llevaban dinero en el camino los asaltaban y los asesinaban, mientras los amigos y parientes los creían en América, ellos estaban muertos.
Mi padre consiguió trabajo en la Compañía Inglesa de Tranvías y estuvo allí hasta que se jubiló por enfermedad en 1953, llegando a ser maestro de Motorman, o conductores de tranvía.
Mi madre atendía la casa, sus hijos, vendía ropa, puerta a puerta y hacía la cobranza. Mi padre además de trabajar de Motorman, también lo hacía como vendedor de terrenos y cobrador, para ello ingresaba al trabajo a las 5 de la mañana para retirar el  primer tranvía (se iba a pie casi 3 kms porque a esa hora no había transporte) y así poder cumplir su horario de trabajo y luego ir a su otra labor.
Todo lo que hacían era para sus hijos,  fuimos 5 hermanos: Lola, Faiguele ( quien murió de pocos meses), Aída, Julio y Néstor, en ese orden.
En casa no nos faltó alimentos ni elementos necesarios para estudiar ya que ellos lo tenían muy claro, “La  única forma de progresar en esta tierra, sin dinero, era estudiando”, por la permeabilidad social y eso querían ellos para sus hijos.
Desgraciadamente mi padre no me vio egresado de la Universidad, ni pudieron ver los “logros” de su hijo. Papá falleció el 10 de abril de 1967, después de padecer por muchos años de diabetes y se le tuvo que amputar una pierna y quedó ciego. Mamá falleció el 12 de junio de 1973.
Yo nací el 09 de septiembre de 1941 ¡¡¡ casualidad!!! , el mismo día y mes después de 14 años de la llegada de mi padre a esta bendita tierra.
Hoy, tengo 73 años; estuve con mi hermana Aida, de 82 años, y le pregunté sobre mis padres y me contó cosas que yo ignoraba, por ejemplo: que los que viajaron en el mismo barco desde Europa a Argentina, un mes o más, se hicieron con algunos muy amigos y se llamaban “ shipp briders“ o “hermanos del barco” y que con el transcurso de los años esa relación siguió y se visitaban frecuentemente con sus respectivas familias.   Así papá se veía con tres familias polacas judías que vivían en Córdoba.
En una de esos encuentros uno de ellos le pregunta a papá que hace y él contesta que trabaja de pintor de obra porque así no debe hablar mucho  en español,  idioma que estaba aprendiendo, a lo que el amigo que trabajaba en la Compañía Inglesa de Tranvías le sugiere que se presente allí porque están buscando personal; mi padre se presentó  en la Compañía de tranvías y luego de hacerle hacer un curso de práctica lo toman efectivo como Motorman,  pero si faltaba no le abonaban el día. Allí llegó a ser maestro de motorman y se jubiló en esa Empresa.
En una oportunidad se hace una fiesta en casa de sus hermanos del barco y fueron invitados, pero, mamá tenía un par de zapatos para salir que  le molestaban, la hacían sufrir y como mi padre en Europa era zapatero remendón y había traído sus herramientas los desarmó y los armó nuevamente, solucionándole las molestias que ocasionaban y así pudieron ir a la fiesta.
Como mis padres vivían en un conventillo con sus paisanos y pagaban alquiler, decidieron hacerse una habitación propia y salieron a buscar un terreno para comprar en cuotas y cuando llegaron a la plaza de Alto Alberdi o sea La Toma les gustó el lugar, pero las cuotas eran muy elevadas por lo que el vendedor le ofreció frente a la plaza, pero en un pasaje con cuotas más económicas y así adquirieron el terreno en el Pje Brown.
Consultaron con un albañil para que les hiciera una pieza, pero lo que le cobraba era mucho para ellos y el les explicó que era eso porque tenía que contratar a un peón para que le haga la mezcla de cal, le alcance los ladrillos los baldes, las bolsas etc. etc. a lo que mi madre le dijo y si yo hago eso cuanto me rebaja y así pudieron hacerse hacer su propia habitación con un excusado (baño precario). Lógicamente al principio sin puertas ni ventanas, solamente con lonas y donde había dos camas: una para mis padres y otra para mis dos hermanas; que dormían en la misma cama una de cada lado o sea una con los pies de la otra.
Mamá se enteró del fallecimiento de su padre por una carta de su hermano, mucho tiempo después y entonces hizo una semana de duelo como correspondía por religión.
Cuando a papá le daban alguna propina o algo en su trabajo todo era para su familia, nada para él y así formó una hermosa familia y cumplió con los objetivos que se había impuesto con mamá: darnos un buen ejemplo y educar a sus hijos y que nunca nos falte lo más elemental.
Papá, mamá: tus hijos estamos orgullosos de ustedes, gracias por lo que hicieron y por lo que fueron y por el legado que nos dejaron. Estamos orgullosos de ustedes.

 Julio Liksenberg

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