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Templo Beit Midrash Ierushalaim

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Algunos le dicen, con amor, el “Templito”. Otros “el minián de zona norte”. Su fachada conecta con el pasado de la vida sinagogal judía cordobesa (puntualmente con el “Shill de Mitre”). Su futuro augura crecimiento espiritual, inspiración y vida comunitaria. Su presente se escribe los viernes por la noche, en cada Kabalat Shabat. También, con las veces en que, para festividades y efemérides, algunos, sedientos de tefilá y de Torá, se juntan para estudiar y para comer, salvo que sea, de perogrullo nomás decirlo, día de ayuno.

¿Cómo es un Kabalat Shabat en el Templito? Un concepto. Una característica. Fundamental: musical. Muy musical. La banda de “los pibes”, de nuevo, así los llaman con amor, inspira con guitarras, con ukelele, con instrumentos percusivos (aconsejamos en este punto leer el salmo 150) a los congregantes permitiéndoles que dejen volar el alma. Que abandonen la semana que acaba de finalizar. Que vuelvan a ser “nefesh jaiá”, espíritus vivientes. Voces que se elevan llenado el ambiente de profunda “Kavaná”, inspiración creativa.

Entre fusiones de melodías “rusas y turcas” el sidur cobra vida y los presentes, también. Se puede ver, sus rostros, en sus cuerpos…casi bailando. A veces, también, la melancolía nos visita: sucede cuando estamos recordando las memorias de un ser que, físicamente, nos dejó. Pero el momento, más que de dolor, es de esperanza y consuelo.

El “minián de zona norte” anhela, regularmente lo manifestamos , que la Shejiná, la Presencia Divina, encuentre un lugar para posarse entre él. Creemos que lo estamos logrando. Con tu voz hecha tefilá será más posible. “Ki zé shaar lashamáim”, porque este es un portal hacia los cielos.