Crisis económica afecta a la comunidad judía
En el 2001 había en la Argentina 50.000 judíos pobres sobre 220.000 que estaban en riesgo de empobrecerse en el corto plazo. Significaba que familias judías se perdieron para la comunidad, instituciones que se cerraron cuando era necesario una institucionalidad judía fuerte, escuelas que desaparecieron, con pérdida de maestros. El cuadro descripto significaba para la continuidad del judaísmo en serio peligro. El presidente del CUI -Coco Horbacovsky- y su Comisión Directiva no dudaron de asumir la responsabilidad ante el desafío de supervivencia. Decidieron poner en marcha uno de los mayores operativos de solidaridad comunitaria de la historia: nadie, a pesar de las dificultades, debía perder su dignidad, y el CUI sería el marco de contención social y espiritual para sobrepasar la crisis. Se activaron programas para dar respuesta de alimento, vestimenta, salud, educación y vivienda. “La respuesta de la comunidad fue increíble. Quienes no recibían ayuda la ofrecían. Médicos, psicólogos, abogados y otros profesionales brindaban sus servicios a los necesitados". Cerca de 6500 judíos emigraron al Estado de Israel, y alrededor de 33.000 personas de la comunidad judía argentina recibieron asistencia a través de las instituciones comunitarias, Fundación Tzedaká, Joint, AMIA, Jabad Lubavitch y Movimiento Masortí.